A todas nos ha pasado: compramos nuestra fruta favorita y, cuando la vamos a comer, no está tan fresca como pensábamos. Por eso, pregunté a mis caseras del mercado algunos tips para que aprendamos a elegir bien las frutas y verduras. Aquí te los cuento:
Como regla general, para saber si una fruta o verdura está fresca, debemos fijarnos en su consistencia. Elijamos siempre las de cáscara más tersa, firme y brillante.
Ahora te doy algunos tips para elegir frutas:
Cítricos en general. Deben ser firmes, brillantes y de cáscara lisa. Si los cítricos son frescos, deben ser pesados.
Naranjas. Si están pálidas, seguro que están secas o ácidas. Debemos evitar elegir las de cáscara gruesa, dura, magullada o con olor fermentado.
Mandarinas. ¡Llevemos las más pesadas! Las más livianas son las menos jugosas.
Sandía. Debemos golpear suavemente la cáscara con los nudillos de los dedos. Si se escucha hueca, la pulpa de la sandía será menos jugosa que cuando se aprecia un sonido sordo.
Melón. Debe tener un olor dulce e intenso, sobre todo en el centro. Su consistencia debe ser firme pero no dura. Hay que evitar los melones que tengan manchas de humedad o que despidan un ligero olor a alcohol.
Piña. Debemos guiarnos por su olor fuerte y dulce. Su cáscara debe ser amarilla o con tonos rojizos o cafés y sus hojas deben ser verdes y poder arrancarse con facilidad. Tenemos que descartar las piñas que estén humedecidas o que tengan la cáscara manchada.
Ahora, algunos tips para elegir verduras:
Zanahorias. Deben estar duras y firmes y tener un color intenso. La falta de color es signo de que no está fresca.
Apio. Debemos fijarnos que tenga el tallo de color verde pálido y de apariencia jugosa y crujiente. No compremos los que están agrietados o con manchas, ni los que tengan las hojas marchitas.
Cebollas. Las más pesadas y de textura dura son las mejores. Evita las que tengan brotes verdes y partes blancas.
Ajos. Deben estar bien cerrados y tersos y no deben presentar manchas, golpes o cortes ni estar germinados.
Pepino. Su piel debe tener un color verde intenso, oscuro y brillante, sin manchas amarillas. Su consistencia debe ser uniforme, y ni muy blanda ni muy dura. Ten en cuenta que los más grandes suelen tener más semillas y, por lo tanto, un sabor más amargo.
Berenjenas. En general, son ligeras, ya que tienen una pulpa esponjosa y aireada. De todas maneras, debemos elegir las más pesadas. Una berenjena blanda, arrugada o con manchas va a tener un gusto más amargo. Las más grandes tienen más semillas y, por lo tanto, son más amargas.
Papas, yucas y camotes. Si vas a comprar tubérculos, fíjate que no tengan manchas verdes o brotes.
Tomate. Los mejores, son los que tienen la piel suave, sin arrugas ni cortes.
Alcachofa. Si sus extremos no pinchan, quiere decir que la planta es vieja.
Brócoli y Coliflor. Hay que asegurarnos que las flores estén bien cerradas y las ramitas bien compactas. El color debe ser uniforme: verde oscuro en el caso del brócoli y lo más blanco posible en el caso de la coliflor. Descarta el brócoli verde claro con apariencia desteñida y la coliflor amarillenta o con manchas oscuras.
Espinacas, acelgas y lechugas. Las hojas verdes en general deben ser firmes al tacto y de color uniforme y sin manchas. Las espinacas ricas tienen tallos verdes, no amarillos ni color café. Las acelgas más chicas, por lo general, son más tiernas y menos amargas. En el caso de las lechugas, tratemos de que sus hojas exteriores estén frescas, ya que son las más nutritivas.
Como tip extra, ten en cuenta que hay frutas y verduras que tienden a malograrse más rápido que otras. Si vas a comprar alguna que no vas a consumir pronto, es mejor que la lleves a casa antes de que madure, para que así permanezca en buen estado.