La retención de líquidos se trata de un problema muy frecuente. En determinados días del mes o ciertas épocas del año eliminamos poco líquido y, en consecuencia, se queda retenido en piernas, tobillos, manos, pechos o abdomen.
La causa habitual es el cambio hormonal que precede a la menstruación pero el calor y cierta debilidad venosa también son motivo de retención.
A veces el problema es menor y simplemente notamos que aquel anillo que nos iba ajustado ahora no nos entra en el dedo o que nos han aumentado las molestas bolsas bajo los ojos.
Pero si la retención dura unos días o va acompañada de otras molestias conviene consultarlo con el médico porque puede ser un síntoma de enfermedad cardíaca, renal o hepática.
Existe la falsa creencia de que la retención de líquidos viene dada por orinar menos, y aunque metabólicamente esto es cierto, es difícil que la persona lo pueda notar. En general, la orina es de peor calidad y retiene minerales (más que agua) y esa es la causa fundamental de la retención de líquidos.
El exceso de sales, especialmente de sodio, es el que atrae hacia el interior el líquido e impide su eliminación. Lo primero que deberemos vigilar, pues, es eliminar la sal de la dieta, aunque sea momentáneamente, es la última responsable de la retención de líquidos.
Quizá tengas un déficit de este mineral. La suplementación de 200 mg/día de Mg puede ayudarte en los días previos a la regla.
Puedes comer también plátano, aguacate, tomate, cacao, frutos secos, acelgas y espinacas: son ricos en magnesio y potasio.
La retención de líquidos se encuentra entre los síntomas conocidos como "síndrome premenstrual". Tiene que ver con los cambios hormonales que se dan en los días previos a la regla y se localiza en piernas, pechos y abdomen, sobre todo.
Es un tipo de retención que fastidia porque en ciertos días ¡se aumenta de peso! No se trata de un aumento de grasa, pero el metabolismo tiene estas cosas.
Las dietas ricas en proteína (muchas dietas de adelgazamiento lo son) promueven la eliminación de líquidos, y si se reduce la proteína se puede dar cierto edema en personas predispuestas. Sin embargo, un exceso de proteínas tampoco es conveniente.
La retención de líquidos empieza a ser relativamente importante cuando ya provoca hinchazón en las piernas. Es fácil de ver: si los calcetines te dejan mucha marca cuando te los quitas o si al apretar con el dedo pulgar la zona de la tibia (el hueso), justo por encima del tobillo, el dedo se hunde y deja marca, es que tienes edema en las piernas.
Cualquier masaje ayuda, pero sobre todo el drenaje linfático.
Ponte medias de compresión: comprimen el tejido blando para dirigir el líquido a los grandes vasos. Son útiles en los edemas por calor (insuficiencia venosa), pero no tanto en los premenstruales o del embarazo.
Cuando estés sentada pon los pies en un puf. En la cama puedes elevar unos 2 cm.
El feto ocupa espacio y comprime la salida de las venas de las piernas. No hay que automedicarse, ni siquiera con plantas medicinales. Se trata de un problema normal que no supone ninguna enfermedad.
Si la retención es exagerada consulta a tu médico ya que durante el embarazo cualquier medicación ha de ser doblemente supervisada. ¡No tomes diuréticos!